jueves, 24 de febrero de 2011

Mar helado

Una vez que el hielo se ha roto, la caída es inminente. No puede ser de otra manera. ¿Para qué se rompió el hielo, entonces, sino por el placer infinito de caer y de hundirse cada vez más en el agua helada, paralizante? Entumir la mente, dejar de pensar y sentir el frío inmenso mientras se cae cada vez más, disfrutando el vértigo y el miedo agudo de no volver a ver la luz del sol.