miércoles, 28 de abril de 2010

Ensayo #2

¿Y qué fue del sol callado, de la sombra pernoctante,
de la caricia sorda antes del amanecer?
¿Cómo no preguntarse de vez en cuando,
entre café y café,
a dónde se ha marchado el mar vago,
herido y ajado como desierto en agonía?
Y después de otro cigarro, de una taza de té,
¿qué pasó con el ajedrez del abuelo,
el grande, el de ébano y marfil?
La cartera de piel de cocodrilo,
el atardecer de un invierno en Buenos Aires,
la melodía oscura del piano sin afinar,
¿dónde fueron, amor, dónde?
Luego,
si pretendo tu silencio,
no quieras culparme.
Sin voz no hay olvido.
Sin voz no hay huida.

Tazas rotas

Es cosa francamente horrible
ésta
de recoger los pedazos
una vez más,
de cortarse los dedos y ensangrentar el cristal
y tratar de hacer que las piezas encajen,
y saber que no puede hacerse,
aunque no sea imposible.

Qué cosa tan terriblemente civilizada,
ésta de saber,
que la sangre no es buen pegamento,
y,
aún así,
juntar pedazo con pedazo,
ignorando las ganas de llorar.

lunes, 5 de abril de 2010

Poesía


Poesía no es lo mío ni lo tuyo
no es lo de todos
no es el vacío que siento
ni con lo que trato de llenarlo.
Poesía no es despertar un día
y descubrir que no sabes nada.
No es mañana lluviosa
ni tarde de tormenta.
Poesía no es primavera,
ni es otoño, ni es invierno.
No es la boina gris,
no es el corazón en calma.
Poesía no eres tú,
ni Rosario Castellanos,
ni la dama que, a la orilla del camino
se cubre el rostro con las manos.
Poesía es lo otro,
lo inalcanzable,
lo irreductible,
lo que no encuentras.
Es aquello que, siendo palabras
no define,
no se revela.