sábado, 13 de marzo de 2010

Anhelos de Robleza

Si pudiera ser otra cosa, alguien que no fuera yo, pero que existiera en lugar mío, definitivamente sería un roble. Sería un maravilloso roble, grande, de ramas torcidas, juguetón y cuentacuentos, rincón de amantes y refugio de niños. Sería un roble poeta, como todos los buenos robles, que gustan de contar al viento historias tristes mientras permanecen parados con ejemplar estoicismo, auténticos sénecas con voz de sirena.

Si yo fuera un roble, una niña como yo vendría a poner su palma desnuda contra mi piel de elefante fosilizado, a buscar en mi repertorio una existencia sólo para ella. Quizás, como yo ahora, ella susurraría en uno de mis nudos promesas secretas de hazañas nuevas, que sólo yo sabría y sólo yo podría contarle al viento.

En definitiva, si no fuera esta niña extraña en mi propia tierra, sería - sí, estoy segura - sería un magnifico roble.

No hay comentarios:

Publicar un comentario